El problema de Monty Hall


Monty Hall fue un conocido presentador de la televisión estadounidense que se hizo famoso gracias al programa «Let's make a deal» (Hagamos un trato) que estuvo en antena durante casi treinta años. Este programa tenía una dinámica muy similar a la fase de subasta de nuestro «Un, dos, tres… responda otra vez».
 
 
En un momento determinado del concurso, el presentador, Monty Hall, mostraba tres puertas cerradas. Detrás de una de ellas había un fabuloso premio, mientras que en las otras dos no había nada que mereciese la pena. Se pedía al concursante que escogiese una de las tres puertas.

Una vez elegida, Monty Hall, que sabía dónde estaba el premio, abría una de las otras dos puertas -en la que no había nada- con lo cual quedaban dos puertas cerradas: la escogida por el concursante y otra. Ese era el momento más emocionante del programa, cuando el presentador daba al participante la opción de cambiar de puerta. La pregunta que lanzo ahora es ¿debería hacerlo?

Esta simple cuestión ha generado un intenso debate. Seguramente la mayoría de los lectores opinarán que, matemáticamente, da igual, puesto que existe un 50% de posibilidades de que el premio se encuentre en la puerta elegida por el concursante o bien en la otra puerta. Sin embargo, esto es una falacia. Su cerebro le está jugando una mala pasada, la conclusión a la que está llegando es errónea, y va en contra de las matemáticas.

(ABC Ciencia. Pedro Gargantilla)

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