EL JUEGO DE LA VIDA DE CONWAY


El Juego de la vida no es una cuestión filosófica, es un sencillo juego con tres reglas muy simples donde nadie gana ni pierde, pero que, entre otras muchas cosas, nos puede orientar sobre la evolución de distintas formas de vida o, incluso, de la evolución de una epidemia.
Antes de explicar de qué va el Juego de la vida de Conway vamos a explicar qué es un autómata celular. Se trata de un modelo matemático que sirve para modelar determinados procesos naturales y que consta de los siguientes elementos:

Un espacio, que llamaremos espacio celular, que será, por así decirlo, el tablero del juego (en muchos casos elegimos una cuadrícula suficientemente grande)

Células, es decir, cada uno de los elementos de dicho espacio.

Estados de las células (por ejemplo viva o muerta, sana o enferma...)

Tenemos también que definir cuál es el entorno o vecindario de cada célula, es decir, qué células se encuentran directamente conectadas a una dada (importante, por ejemplo, para hablar de contagios)
Y, por último, necesitamos unas reglas de comportamiento  para las células  que nos permita describir cómo evoluciona el sistema.

Fue  John von Neumann, en 1940,  el primero que desarrolló estos autómatas celulares, aunque fueron concebidos teóricamente por dos  colegas suyos, Ulam y Zuse. Pero, sin duda, el que los popularizó fue, en 1970, John H. Conway que, simplificando drásticamente las reglas de Neumann, concibió el Juego de la vida.
Este juego, publicado en la columna de Martin Gardner en 'Scientific American', pasó de ser un simple entretenimiento a crear toda una rama de investigación en los citados autómatas para simular procesos reales.

Pues bien, en nuestro juego de la vida, en el de Conway, el espacio será una cuadrícula  y cada cuadradito o celda de esta será una célula. Estas solo tienen dos posibles estados: vivas o muertas. Para nosotros, el entorno de cada célula lo formarán las ocho celdas que la rodean. Esto se conoce como un entorno de Moore (por ejemplo, el entorno de von Neumann solo considera como vecinas a las celdas norte, este, sur y oeste, sin tener en cuenta las restantes cuatro de las diagonales). Y las reglas de comportamiento son las siguientes:

Muerte: una célula viva morirá si en su entorno hay menos de dos células vivas o más de tres.

Supervivencia: una célula viva permanecerá en ese estado si en su entorno hay dos o tres células vivas.

Nacimiento: una célula muerta nacerá si en su entorno hay, exactamente, tres células vivas.


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